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Homeopatía

(Breve resumen explicativo)

“La única y elevada misión del médico es la de restablecer la salud en los enfermos, que es lo que se llama curar”.

“El ideal más elevado de una curación es restablecer la salud de manera rápida, suave y permanente, o quitar y destruir toda enfermedad por el camino más corto, más seguro y menos perjudicial, basándose en principios de fácil comprensión”.

(CRISTIAN FEDERICO SAMUEL HAHNEMANN “Organón de la Medicina”)

El vocablo Homeopatía (del griego homaios que significa semejante y pathos que quiere decir afección o enfermedad) fue acuñado por Cristian Federico Samuel Hahnemann, su insigne creador.

Consiste en una teoría médico-terapéutica que trata de curar las enfermedades por intermedio de sustancias altamente diluidas, que administradas a un hombre sano le producirían trastornos semejantes a los de la enfermedad que combate. Su axioma básico es: “Similia Similibus Curentur” lo que significa “sean los semejantes curados por los semejantes”. A veces, creo que equivocadamente, se enuncia “Similia Similibus Curantur”, es decir usando el modo indicativo que querría decir “Son curados”.

Esta es una indicación rotunda, casi presuntuosa, muy lejos del espíritu modesto de Hahnemann.

Observando la historia encontramos precursores de este sistema curativo en Hipócrates. Este sabio griego, padre de la medicina, nacido en la isla de Cos, en el año 460 a.d.J.C. ha dejado escritos donde se encuentran claras referencias al empleo del similar para curar. Como cuando dijo: “Por el empleo del similar la enfermedad es curada”. Empédocles, filósofo y poeta griego del siglo V a.d.J.C. también habla de los semejantes y su atracción.

Roa Tro, en el siglo II de nuestra era, en China, empleaba medicamentos en dosis ínfimas y basándose en el símil.

Paracelso, o sea Theophrastus Bombastus von Hohenheim, en el siglo XVI, médico y alquimista suizo, fue otro precursor del tratamiento homeopático al proclamar la acción de los semejantes y de las pequeñas dosis. En la centuria siguiente, Rhumelius decía que el semejante será vencido por el semejante.

En el siglo XVII Sthal confirma la utilidad de curar con el símil.

En 1755 nace en Meissen, Sajonia, Alemania, Cristian Federico Samuel Hahnemann. Su padre orfebre de la porcelana. Desde muy niño demostró gran capacidad intelectual. Llegó a dominar varios idiomas y a tener una cultura muy vasta.

Recibido de médico ejerce brillantemente su profesión. Pero, en su fuero íntimo no estaba satisfecho con las prácticas terapéuticas de aquella época que consistían en sangrías, sedal, cauterios, laxantes. Prácticamente eran medios de tortura. Presa de profunda desazón decide dejar la medicina y dedicarse a traductor. Justamente, traduciendo Materia Médica de Cullen al leer la parte que trata de los efectos de la quina sobre el organismo tiene una intuición genial. Comprueba experimentando en él mismo, que la quina provoca en el hombre sano los mismos efectos de la fiebre palúdica que combate. Prueba en él mismo, en familiares y amigos otras sustancias y llega a la conclusión de que las sustancias usadas en Medicina para curar, pueden provocar, administradas en el individuo sano, síntomas semejantes a la enfermedad que dicen combatir.

Había nacido la Homeopatía. Durante toda su vida fue duramente combatido por sus colegas y los boticarios, que veían peligrar su negocio.

Hahnemann preparaba y entregaba él mismo los remedios a sus enfermos. Debió cambiar en su vida 65 veces de residencia por ser hostigado ferozmente.

En 1805 publicó Medicina de Experiencia, en 1810 Organón de la Medicina y entre 1811 y 1816 publica Materia Médica Pura donde describe los síntomas de un centenar de sustancias en el hombre sano.

Su vida cambiaría con la llegada de su residencia en Koethen de una joven paciente parisina afectada de tuberculosis a quien Hahnemann cura. Se entabla una corriente amistad creciente entre la forastera Marie Melanie d’Hervilly y el sabio maestro, que era viudo. Culmina en casamiento tres meses después.

Corría 1835, decide el flamante matrimonio trasladarse a lo que era entonces la capital del mundo, Paris, la Ciudad Luz.

Ayudado por su abnegada esposa logra curas resonantes. Una de éstas, la hija del escritor Legouvé, miembro de la Academia Francesa, asombra a todo París. Un enemigo de Hahnemann dijo refiriéndose a este caso: “hubiese sido preferible que esa niña muriese antes de que sea curada por la Homeopatía”. Los colegas arrecian en sus ataques y llegan a pedir al ministro Guizot que prohibiera al ejército de su profesión al sabio alemán. No resisto a la tentación de reproducir las palabras del ministro Guizot contestándoles: “Hahnemann es un sabio de gran mérito. La ciencia debe ser para todos. Si la Homeopatía es una quimera o un sistema sin valor propio caerá por si misma. Si es de contrario, un progreso, se difundirá a pesar de todas nuestras medidas de preservación y la Academia de Medicina, antes que nadie debe desearlo, puesto que tiene la misión de hacer progresar la ciencia y de alentar los descubrimientos”.

La fama de hahnemann y de su sistema terapéutico fue creciendo hasta formar una escuela. Durante su vida fue un trabajador escrupuloso e incasable, provisto de una vastísima cultura. Dominaba los idiomas francés, inglés, italiano, alemán, griego, latín, hebreo y árabe. Tradujo 24 obras del francés, inglés e italiano. Publicó 116 libros y 120 folletos. Su diario de enfermos abarca 50 volúmenes. Se adelantó en la Medicina Experimental a Claude Bernard. Teniendo la ventaja de realizar la experimentación en seres humanos, y no en animales. También se adelantó más de un siglo a Freíd en el descubrimiento de las enfermedades psicosomáticas.

Falleció en París, en 1843, a los 88 años de edad. Sus restos descansan en el cementerio de Pere Lachaise, en París; en un hermoso mausoleo erigido a su memoria por suscripción universal.

Su viuda, dedicó el resto de su vida a la difusión de la Homeopatía y a honrar la memoria de su ilustre esposo. Falleció en Paris a los 78 años de edad.

Muchos discípulos continuaron la obra del maestro. Vannier en Francia, James Tyler Kent en EE.UU., Constantino Hering en Alemania, por no citar más que algunos.

Este último, Doctor Hering, es un caso notable. El gobierno de Baviera, a mediados del siglo pasado, le encomendó que estudiara la Homeopatía para poder prohibirla con fundamento. Pero, hete aquí que el Doctor Hering al estudiarla y probarla pasó a se homeópata convencido. Hostigado en su país, emigró a EE.UU. desarrollando su tarea científica en Filadelfia. Escribió una monumental obra en 9 tomos y estudió la patogenesia de Lachesis. Además de dejar la ley de curación homeopática que lleva su nombre y que dice: “Las enfermedades se curan de arriba abajo, del centro a la periferia, de los órganos más importantes a los menos importantes y los síntomas deben desaparecer cronológicamente en orden inverso al de su aparición”.

Grandes personalidades se han atendido con Homeopatía.

El General San Martín llevó un botiquín homeopático con 60 remedios en su campaña libertadora. Se conserva en el Museo Sanmartiniano de Mendoza. El teniente General Bartolomé Mitre, utilizó la Homeopatía en la guerra del Paraguay.

El Papa Pío XII confió el cuidado de su salud al Doctor Galezzi Lissi, médico homeópata. Jorge V de Inglaterra nombró Barón al médico homeópata inglés John Weir por haberle salvado la vida. En Méjico, Brasil, Inglaterra, EE.UU. existen hospitales homeopáticos.

La difusión y popularización de la Homeopatía en el mundo puede considerarse total.

Todos los países tienen Escuelas de divulgación, a cargo de médicos especializados, centros de estudio y agrupaciones médicas que editar revistas, libros, y dictan cursos a profesionales.

Un dato curioso lo aporta el hecho de que las compañías de seguros de EE.UU. cobran primas menores a los clientes que se tratan con Homeopatía por indicarles las estadísticas que tienen una vida más prolongada.

Hahnemann decía: “La Homeopatía no demanda de sus detractores más que ser admitida a sus experimentaciones y a sus comprobaciones”.

También decía: “Hay que saber qué es lo que hay que curar en cada enfermo y qué es lo que hay de curativo en cada medicamento”.

Afirmaba que la enfermedad lo primero que provoca es un desarreglo de la energía vital orgánica.

Esta alteración afecta primero la mentalidad, luego las funciones y por último determina lesiones en la estructura de los tejidos. Llamaba psora al ente mórbido o mal primitivo capaz de alterar la salud o energía vital.

La Homeopatía reposa sobre tres sólidos pilares: experimentación en seres humanos, uso del símil y dosis muy pequeñas, infinitesimales.

La experimentación en seres humanos es altamente confiable. Sería una medicina probada en humanos para ser usada por humanos.

La medicina corriente usa por lo general animales de laboratorio que no son iguales al ser humano en sus reacciones y menos aún entre distintas especies. Por ejemplo, el gato es inmune a la tuberculosis y el mono en cambio es muy sensible a ella. El puerco espín es indiferente al veneno de víboras, el cerdo a los hongos venenosos, la cabra a la cicuta. Cuatro bayas de belladona matan a un elefante, siendo inocuas a otras especies. El sapo es inmune a la digital, siendo la rana muy sensible.

Por lo tanto solo la experimentación con distintas sustancias en seres humanos sanos es confiable. Los distintos signos y síntomas que provocan constituyen lo que se llama Patogenesias.

La Homeopatía usa pequeñas dosis, ya sean decimales, marcadas con una X o centesimales marcadas con una C.

El sabio Huchard expresó: “en un medicamento hay varios medicamentos según las dosis en que se empleen”.

Claude Bernard expresó: “toda sustancia que a pequeñas dosis excita las propiedades o funciones de un elemento anatómico, lo anula a altas dosis”.

El alcohol a pequeñas dosis estimula y en dosis altas deprime y causa coma. Los anestésicos primero excitan y luego deprimen y duermen. La digital en pequeñas dosis retarda y regulariza los latidos cardíacos siendo que en dosis altas los debilita y desorganiza. El arsénico en pequeñas dosis acelera el corazón, aumenta los glóbulos y hace subir de peso. Sin embargo en dosis altas, retarda el corazón, bajando glóbulos rojos y peso.

Parece ser que las dosis fuertes dominan la fuerza vital, en cambio las dosis pequeñas obran en el mismo sentido de la naturaleza, restituyéndola.

Los remedios homeopáticos son preparados de la siguiente forma: se toma una parte de una tintura madre o sea la sustancia medicamentosa en su líquido extractivo y se diluye, agitando vigorosamente, en 99 partes (si es centesimal) o 9 partes (si es dilución decimal) de solvente (o sea agua y alcohol). Esto constituye la 1ra. dilución. De este preparado se extrae nuevamente una parte y se vuelve a agitar y diluir con iguales proporciones, constituyendo a 2da. dilución y así sucesivamente.

Si una sustancia es sólida, que no se disuelve, como por ejemplo el oro; se procede a triturar con lactosa durante una hora a cada dilución hasta la 3ra. y de ahí se procede con diluciones como con los remedios líquidos. Actualmente hay más de tres mil sustancias que constituyen remedios homeopáticos. Hahnemann experimentó con 101.

Cuanto más se disminuye la dosis más se exalta su poder curativo. Las sacudidas determinan la llamada dinamización o potencialización que provoca el desarrollo del imperceptible poder dinámico curativo que afecta a la vida animal e influye sobre su bienestar.

Siempre se discutió si dosis tan bajas podrían ser afectivas. La experiencia enseña que sí, que son activas. No solo lo son en adultos donde podría haber sugestión sino también en lactantes y animales. La Homeopatía veterinaria es muy usada y altamente efectiva. También se ha usado en vegetales. En la naturaleza hay múltiples ejemplos de cantidades infinitesimales que son activas pese a eso. La biotina en milésimas de miligramos activa la vida celular. La toxina diftérica es activa en cobayos al 1/100.000.000.000 (cien mil millones) o sea 1021 entre 10 y 11ºC.

Sabemos por el número de Avogadro que a la dilución de 1022 o sea 11ºC desaparecen las moléculas en una solución.

Faltaba la explicación de por qué actuaban dosis tan bajas. Hete aquí que los últimos estudios efectuados por el biólogo francés Jacques Benveniste con un equipo de trece científicos canadienses, israelitas e italianos han descubierto que con una molécula diluida hasta que deje de existir puede comportarse como si aún estuviera presente y que el líquido de la dilución conserva la “memoria” de la molécula. Además el experimento es exitoso solamente si el líquido con el que se efectúa la dilución es agitado vigorosamente.

Parece ser que los últimos descubrimientos científicos confirman lo que aseveró Hahnemann hace casi 200 años.

Las diluciones bajas tienen una acción química, actúan por presencia material; siendo que las diluciones más elevadas tienen una gradual acción física.

Para los trastornos orgánicos y casos agudos se usan diluciones bajas (tintura madre a 6ºC). Para los trastornos funcionales las diluciones medias (30 a 200ºC).

Las altas y muy altas son usadas para los trastornos mentales, como pueden ser miedo a la muerte, tristeza, distintas fobias y temores.

Es notable cómo con dosis muy pequeñas se puede afectar la parte mental. Esto es observable aun en animales. Una perra sometida a una dieta privada totalmente de manganeso pierde su instinto maternal. Lo recupera si se le agrega en una proporción del 5/100.000. Los remedios homeopáticos pueden ser de origen vegetal como el aconitum, mineral como la silícea o de origen animal como el apis. Pueden también usarse secreciones normales o patológicas. Luego son consumidos en forma de tinturas, diluciones, ya sean éstas decimales o centesimales. Además gránulos, glóbulos, trituraciones, tabletas o comprimidos, papeles y dosis.

La homeopatía de acuerdo a teorías de Vannier ha estudiado tres tipos constitucionales llamados carbónico, fosfórico y fluórico.

La medicina común, oficial o alopática que se regía por el axioma de Contraria Contrariis Contrantur o sea curar por los contrarios va dejando gradualmente posturas anacrónicas, y se acerca en muchos aspectos a la Homeopatía. La prueba más evidente son los tratamientos de desensibilización alérgica a base de vacunas que constituyen la llamada Isopatía, vecina a la Homeopatía. La Alopatía tiene inconvenientes de usar grandes dosis, siempre con efectos secundarios, muchas veces con riesgos tóxicos. Además reprime las reacciones del cuerpo, anulando el accionar curativo de la Naturaleza.

La Homeopatía encuentra retardada su expansión sobre todo por incomprensión e intereses creados.

Algunos profesionales pertenecen a la lamada Escuela Unicista tratando al enfermo con un solo remedio. Otros recetan unos pocos remedios que se toman a horarios distintos, son los pluralistas. Por último, algunos consideran acertado recetar varios medicamentos tomados juntos constituyendo lo que se llama complejismo.

Hay homeópatas que se basan en el párrafo 273 del Organón donde Hahnemann dice que se debe administrar un solo remedio por vez. Pero el mismo Hahnemann en carta del 15 de junio de 1833 dirigida a Lutze de Koethen habla de que estaría dispuesto a que en la 5ta. Edición del Organón figurasen los remedios combinados o complejos (citados por Dengler). Creo que el médico homeopático mejora sus posibilidades terapéuticas usando complejos bien estudiados y probados, dependiendo del caso clínico su uso.

Lejos están las épocas de las posturas fanáticas, el enfrentamiento de escuelas dogmáticas. Hoy la medicina, las ciencias y el mundo en general tienden a la comprensión, ayuda mutua, interpretación y síntesis que son altamente beneficiosas para lograr curar de una manera suave, rápida y permanente como requería Hahnemann en su “Organón de la Medicina”, verdadera Biblia de los profesionales homeopáticos.

Al aforismo hipocrático de que no hay enfermedades sino enfermos, la Homeopatía la hace realidad al interrogar exhaustivamente en lo que se llama Interrogatorio o Repertorización donde cada síntoma por pequeño que parezca tiene valor para decidir el remedio que debe ser usado.

La homeopatía es una medicina completa, sintetizadora. Es capaz de curar todas las enfermedades no quirúrgicas que sean reversibles. En las irreversibles o incurables es mejor como paliativo que la Alopatía. Es una medicina sencilla que actúa ayudando a la Naturaleza, regida por leyes de fácil comprensión y que usa medicamentos simples, perfectamente conocidos y en dosis pequeñísimas, aún infinitesimales.

Resumiendo: médico homeópata es aquel profesional egresado de Universidades que aplicando los progresos diagnósticos y terapéuticos de la medicina moderna ha incorporado a su acervo cultural y a su arsenal curativo la terapéutica homeopática curando con el símil y las mínimas dosis, sin por ello renunciar si así lo necesita el paciente a otras terapias.

Ahora, añadiré un pequeño botiquín familiar con remedios homeopáticos que el enfermo puede manejar como manejaba el suyo el General San Martín en su campaña libertadora o Mitre en la guerra del Paraguay.

No se interprete que con esto se suplanta al profesional médico, todo lo contrario, si por diversos motivos no se tiene a mano al facultativo especializado, podemos solucionar males menores sin iatrogenias, recordando el precepto hipocrático: "Primum Non Nocere" (Primero no hacer daño).

Aconitum: 6C. sensibilidad al frío, neuralgias, gripes, resfríos, fiebre.

Allium Cepa: 6C. resfríos, rinitis.

Antlmonlum Crudum: 6C. intoxicación digestiva por exceso de ingesta.

Antimonium Tartarlcum: 6C. sensación de asfixia y obstrucción bronquial.

Apis: 6C. inflamación y edema.

Argentum Nltricum:6C. gastritis-úlcera.

Arnlca: 6C. o tintura madre. Traumatismos, compresas, madurativo de abcesos.

Arsenicum: 6C. debilidad senil, cansancio, olor pútrido en secreciones y excreciones.

Baptisia: 6C. estados infecciosos, fiebres.

Belladonna: inflamaciones agudas.

Berberls: 6C. cólicos hepáticos y nefríticos principalmente por litiasis (piedras). Borax: 3C. aftas bucales.

Bryonia: 6C. inflamaciones pleuropulmonares, reumáticas, cefaleas.

Calcárea Carbónlca: 6C. debilidad, cansancio, obesidad, frialdad, hipotiroidismo.

Cálculos biliares: 4C. litiasis biliar (piedras en la vesícula).

Cálculos renales: 4C. litiasis renal (piedras en árbol urinario).

Cantharis: 6C. cistitis, uretritis, aftas bucales, herpes, erisipela.

Carbo Vegetabills: 6C. gases intestinales, dispepsias fermentativas. ChamomiJla: 6C. dolores dentarios, cólicos menstruales, cólicos intestinales, enterocolitis.

Chelidonium: 6C. dolores de hígado, afecciones hepático vesiculares, dolores irradiados al omóplato derecho.

Cina: 30C. parásitos intestinales.

Colesterinum: 6C. arteriosclerosis, hipercolesterolemia.

Coffea: 6C. cefaleas, jaquecas, nerviosismo, insomnio, neuralgias dentarias.

Coiocynthis: 6C. neuralgias del trigémino. ciático , dolores abdominales.

Drosera: 6C. tos, laringitis.

Dulcamara: 6C. cistitls, coriza, lumbago, gripe, friolento.

Eupatorium: 6C. gripe, reumatismo.

Ferrum Phosphorlcum: 6C. agotamiento muscular, debilidad digestiva, hemorragias.

Gelsemlum: 6C. estados infecciosos agudos, fiebre, gripe, neuralgias.

Hepar Sulphur:6C. infecciones supurativas de la piel: abscesos, forúnculos, panadizos, anginas, laringitis, bronquitis.

Hlstamlnum: 6C. todas las manifestaciones alérgicas, asma.

Hyoscyamus: 6C. alcoholismo, bronquitis, tos, nerviosismo, fiebres eruptivas.

Ignatla: 6C. cefaleas, convulsiones, dispepsias, síndrome neurovegetativo.

lpeca: 6C. disnea, tos, bronquitis, asma, congestión pulmonar.

Lachesls: 6C. menopausia, palpitaciones, obesidad.

Lycopodlum: 6C. litiasis renal y hepática, dispepsia, impotencia, psoriasis. Magnesia Phosphorlca: 6C. cólicos, neuralgias, calambres, espasmos, neuralgias del trigémino.

Mercurlus Cyanatus: 6C. amigdalitis.

Mercurlus Solubllls: 6C. infecciones con pus verdoso amarillento.

Natrum Murlatlcum: 6C. debilidad, delgadez, cansancio, anemia, cefaleas, inapetencia.

Nux Vómlca: 6C. nerviosismo, inflamación hepática, exceso tabaco y alcohol, intoxicación por exceso de drogas alopáticas.

Pulsatllla: 6C. trastornos menstruales, hipotensión, várices, varicocele, hemorroides, sabañones, insuficiencias digestivas, hepática y ovárica.

Rhustox: 6C. reumatismo, lumbociática, traumatismos, artritis, artrosis.

Sillcea: 6C. abscesos, anginas a repetición, orzuelos, otitis, sinusitis, raquitismo, bronquitis.

Sulphur: 6C. acné, eczema, psoriasis, jaquecas, arteriosclerosis, hipertensión, reumatismo, gota, obesidad, trastornos digestivos, hepáticos, hemorroides, asma, uretritis, menopausia, conjuntivitis.

Thuya: 6C. verrugas, p61ipos, vitiligo, rinitis, bronquitis.

Veratrum Album: 6C. colapsos, desmayos, diarreas, gastroenteritis agudas con vómitos.

Una forma especial de terapia derivada de la Homeopatía la constituyen los Remedios Florales del Doctor Edward Bach (1886-1936). Este investigador inglés desarrolló un original sistema de curación usando en la preparación de sus remedios flores de 38 plantas. Para medicar se toma como guía el estado anímico-mental del enfermo; por considerar que la enfermedad es en su origen una alteración psíquica.

Hay remedios para el miedo, la incertidumbre, la soledad, la falta de interés, la susceptibilidad a influencias ajenas, el desánimo, la desesperación, la preocupación excesiva por el bienestar ajeno, entre otros.

Por ejemplo, para la preocupación excesiva por los demás, la flor de la achicoria seria uno de los remedios más efectivos. Bach la llamaba "remedio del amor".

Es una terapia relativamente nueva y no muy conocida. Ha tenido resonantes éxitos terapéuticos que la hacen digna de tenerse en cuenta.

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